Ya vienen las fiestas, y, claro, en
mayor o menor medida, hay que comprar regalos. Cada vez son más las personas
que ya no se regalan, no ya para ahorrar, si no para, siendo más exactos, no
gastar.
El caso es que antes existía un
puesto de trabajo muy precario, y muy estacional, que era el de las personas
que envolvían regalos. Estas personas ya no existen casi en ningún sitio, te
coges tú, y te envuelves tú el regalo. Da igual que hayas ido a una superficie
comercial un poco más cara en busca de una mejor atención. A esas personas no
se les ha contratado. Se da por hecho que su trabajo lo puede hacer cualquiera,
y, por lo tanto que lo hagan los clientes. Aunque a mí no me han descontado del
precio el sueldo del “envolvedor/a” ese beneficio va directo a los bolsillos de
la empresa.
Es algo así como hacer voluntariado,
pues haces el trabajo de otros. Pues yo creo, que igual que esas funciones se
supone que las puede hacer cualquiera, las de ciertas personas con relevancia
política también las podría hacer cualquiera, sus sueldos son mucho más altos,
y sus funciones mucho más abstractas. Así que mejor que quitar a un/a joven
estudiante su posibilidad de tener ingresos extras en Navidad, mejor empecemos
a hacer el trabajo de algunas personas de los Órganos de Gobierno. Que a
diferencia de los “envolvedores/as” estamos seguros que la mayoría lo haríamos
mejor.
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