Bueno, tal y como expliqué en la entrada anterior, estoy harta ya. Me presento a una oferta de telemarketing y 2000 personas para un puesto. Pues si es así, será más fácil ser escritora, pues supongo que no habrá 2000 novelas no publicadas por cada una que sí se publica.
Así, que he decidido emplearme a mí misma a media jornada como escritora, bueno, menos que media jornada, que escribir es agotador, o por lo menos a mí me cansa. Pero, resulta que tienes que adelantar tú todo. Osea, trabajas y luego, ya, si eso, te publican o no. Mientras, sin saber si estás plagiando sin querer a alguien, si el argumento es bueno, si la novela valdrá la pena...
¡Esto sí que es precariedad! Trabajo, adelanto el trabajo, y no sé si cobraré alguna vez.
Estoy consternada, pero, bueno, que se le va a hacer, todo será por contentar a las Musas.
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