En estos tiempos de sacrificios sin recompensa, de despidos, de entrevistas de trabajo sin resultado... en definitiva, de disgustos. Me alegro profundamente de poder "amarrarme" a la subjetividad. Simplemente porque la objetividad es muy cruel.
Todo esto viene a que esta misma semana hice una prueba de nivel de inglés. Una cosa objetiva, unas preguntas, con unas opciones de respuesta, y luego, se corrige y punto. Nada de redacción, nada de prueba oral, nada subjetivo.
¡Así me ha ido! he sacado mucho menos nivel que el que esperaba.
Así que ahora estoy mirando a ver si me sereno agarrándome a la subjetividad, y a la relatividad de los hechos. Es tan sencillo como no ver que el resultado es el que es y punto.
Menos mal que la mayoría de las cosas de la vida están sujetas a la subjetividad, como las entrevistas de trabajo, en las que puedes decir "no me han cogido pues la de selección era muy prejuiciosa" y cosas por el estilo.
Y es que reconozcámoslo, sin la subjetividad que como humanos están sujetos los seleccionadores de personal, alguno de nosotros tendríamos mejor curro, pero, a lo mejor, si todo fuera totalmente objetivo, estaríamos peor que estamos, y sobretodo, más hundidos.
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