Siempre he intentado escribir, ser una de esas escritoras con buena prosa, de pluma impecable. Así que a cada desmán del destino lo recopilaba con sumo gusto y cariño, pensando: “esta faena que me acaban de hacer me sirve de inspiración, me acerca a las musas ¿o los musos?” pero, al mirar en el cajón de la memoria todas las cosas que me han pasado como buscadora de empleo, encuentro que ya, frente a esta cantidad de calamidades no es trágico, se ha vuelto increíble y ha llegado a tal nivel de esperpento que es gracioso.
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